sábado, 19 de septiembre de 2009

CONVENCIÓN DE OCAÑA

Es bueno recordar en el análisis político de la Convención de Ocaña que Bolívar era partidario del centralismo, es decir, Republica dirigida por un gobierno central y Santander apoyaba firmemente el tipo de gobierno Federalista, que es el que le daba excesivo poder a las provincias.

La pugna entre federalistas y centralistas comenzó desde temprano. El Libertador consideraba el federalismo como un sistema débil, que dividía las fuerzas del gobierno en vez de unirlas y pensaba que no era propicia en aquellos días difíciles de la República, con la economía por los suelos, quiebra total, falta de recursos y situación política de separación.

En los congresos de Angostura y de Cúcuta no hubo oposición a la idea centralista. A partir de 1821 y terminada la guerra de independencia de Venezuela los federalistas vuelven de nuevo a tratar de implementar la forma de gobierno federal. Ya en esta etapa se comienza atacando la Constitución de Cúcuta y la Jefatura del Libertador.

En 1826 estalló el movimiento de la Cosiata en Venezuela, ya a este nivel la desintegración de la Gran Colombia es un hecho irreversible. Era imposible detener a Páez. La actitud de Venezuela era definida. Todo se conjuraba en contra de la integración: diferencias de criterio, la geografía, el aislamiento de Caracas; Cuna de la Independencia de América; la hostilidad de Santander contra algunos venezolanos y la de algunos venezolanos contra Santander, la ambición de Páez, el intento de asesinato de Bolívar, todo contribuyo a la desmembración.

En 1826 la Cosiata en Venezuela y con Páez; y en 1828 la Convención de Ocaña con Santander; constituyen episodios importantes de la lucha entre federalistas y centralistas. La Cosiata separó a Venezuela de la Gran Colombia y la Convención de Ocaña dio al traste con las últimas esperanzas de salvar la unidad de Colombia. El fracaso de la Convención de Ocaña, la dictadura de Bolívar y mas tarde su separación definitiva del gobierno, marcan el fin de la lucha entre federalistas y centralistas durante la etapa Gran Colombiana de la historia nacional.

La Convención de Ocaña significa también el triunfo de la intriga federalista la cual se llevó a cabo con gran celo y se podría decir hasta con odio. “Santander y sus partidarios – le escribía Bolívar a Caraballo – aumentan cada día su desenfreno y ojalá que nuestros amigos estuviesen animados del mismo celo fanático. Santander llega al extremo de salir a los caminos reales en busca de partidarios ofreciendo casa y comida a los diputados que entran en Ocaña”.

El 9 de abril de 1828, con sesenta y ocho diputados se instaló solemnemente en Ocaña la gran convención constituyente que aspiraba reformar la Constitución de Cúcuta que permitiera llenar adecuadamente los vacíos observados en ella durante los años de vigencia. Bolívar presentó en la convención un mensaje conciliador que suponía un cambio de régimen, uno presidencial sólido, con un gobierno firme, poderoso y justo. Pero claro está que Santander y los federalistas tenían otros planes. Se presentaron dos proyectos: federalista y centralista

El 10 de junio de 1828 se protocolizó la disolución de la Convención de Ocaña. El grupo boliviano se retiró de la convención alegando como un deber para “salvar a la patria”. Los diputados santanderistas protestaron a su vez. Así fracasó la convención y se abrió el camino para la dictadura, la crisis y la desintegración de Colombia, ese gran estado nacional que se había convertido en el sueño político del Libertador Simón Bolívar.

Bolívar representaba el continentalismo democrático frente al nacionalismo de las clases dirigentes criollas interesadas en impedir toda organización que implicara el quebrantamiento de sus privilegios, optaron por convertir el regionalismo en nacionalismo.

La dictadura de Bolívar solo puede comprenderse cuando se le sitúa dentro del marco de esta perspectiva histórica. Y en la proclama donde asumía la dictadura, decía Bolívar: “¡Colombianos! No os hablaré nada de libertad, porque si cumplo mis promesas seréis mas que libres, seréis respetados; además bajo la dictadura ¿Quien pude hablar de libertad?; compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo”.

lunes, 7 de septiembre de 2009

La bonita y la fea

· La mujer bonita se siente fea y descubre que es hermosa cuando atrae al sexo opuesto.

· Las mujeres feas por lo regular son vulgares y sin clase, haber nacido feas ya es más que suficiente razón de más para mandar al traste todo.

· La mujer bonita por lo regular no tiene amigas, todas las feas la odian.

· La mujer fea no sabe porque los hombres le dan la vuelta, hasta que descubre que tiene unas libras de más.

· La mujer bonita como todo se le da, nunca anda envidiando nada, siempre lo ha tenido todo.

· La mujer fea no comprende porque su marido anda de arrastrado.

· La mujer bonita no tiene culpa de haber nacido hermosa.

· La mujer fea no solo es fea por fuera sino por dentro también.

· Por lo regular son envidiosas, perversas, vulgares, y carecen de dignidad propia.

· La mujer bonita no comprende porque la fea le pela unos ojos de pistola.

· Hasta que descubre que la mujer fea tiene nalgas de cebollita.

· Y que la bonita luce una linda figura y un carácter dulce.

· La mujer bonita no necesita perfume, tiene el perfume de mujer bonita.

· Lo peor que le puede pasar a una mujer fea es que encima de ser fea sea tonta.

· Conozco muchas amistades mujeres bellas, con carácter alegre y don de gentes.

· La mujer bonita adorna su hermosura comportándose como una dama.

· La mujer fea, se comporta como cabaretera.

· No conozco ni una fea que se comporte como una dama.

· Sin embargo conozco muchas feas que se comportan como se ven. Es decir feas.

· La mujer fea es la que resulta más fácil presa de engaños, pues como nadie le echa el lazo, cuando alguien le da sus amores es para sacarle provecho.

· La mujer fea es insidiosa, cuando por fin llega tener a un hombre lo pierde por celosa, por exigente y por fea, no se puede vivir con una mujer que para hacerle el amor se le tiene que poner una almohada en la cara.

· La mujer bonita le sobran propuestas y se da el lujo de escoger lo que le plazca.

· La mujer fea cuando descubre que alguien le tiró el lazo, también descubre que sigue de arrastrado, pero con otras mujeres. Menos con ella.

· La mujer fea todo mundo juega con ella, por ser fea es comodín para hacerle el quite a una bonita que ya no aguanta al arrastrado.

· Se lo encandila...

· La mujer fea por lo regular vive amargada.

· La mujer bonita todo se le da.

· Por todo eso abogo por que se mueran las feas.

· Un beso a las bonitas, a las feas yaacc!


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