La verdadera belleza radica en el rostro y en el carácter. Faltando alguno de estos atributos, la belleza está hecha a medias.
Los filósofos árabes decían: “Rara vez un bello semblante está acompañado de un alma perversa – y agregaban - : Todos los profetas fueron de rostro perfecto y hermoso y de almas puras.”
La cara afable es un aviso de la conciencia, que anuncia la proximidad de una esperanza. Es a la vez la red de la amistad.
José Guraieb
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