domingo, 6 de abril de 2008

Más de Hafiz

No te quejes, corazón,
si ingrata fue tu amada.
En la vida todo pasa,
y sólo queda el rostro
del Omnipotente Dios.

Los dolores se esfuman,
tal como florecen
y mueren las rosas con sus espinas
en el jardín.

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